A lo largo de la historia se han perseguido a las ballenas para la obtención de carne y aceite. A principios de la década de los 50, se mató a más de 50.000 ballenas al año, lo que repercutió muy negativamente en sus poblaciones. En 1986, la Comisión Ballenera Internacional prohibió la caza de ballenas con la esperanza de que se recuperasen sus poblaciones. Se pueden encontrar ballenas alrededor de las costas de Galápagos.