Todos los organismos vivos necesitan energía. Algunos de estos organismos, los llamados productores, son capaces de generar sus propios compuestos orgánicos que se transforman luego en energía. Hay otros organismos, los consumidores, que se alimentan de otros organismos (animales o plantas) por sus compuestos orgánicos. La transmisión de energía de un organismo a otro se puede representar por medio de cadenas y redes alimenticias o tróficas.
¿Quién se come a quién?
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Cadenas alimenticias
Las redes tróficas representan la transferencia lineal de energía desde un productor a un consumidor. Cada organismo en la cadena alimenticia se alimenta del que se encuentra por debajo de él, y sirve de alimento del que se encuentra sobre él. Cada paso dentro de la cadena recibe el nombre de nivel trófico.
El primer organismo de toda cadena alimenticia es siempre un productor, este proporciona energía en forma de compuestos orgánicos a los organismos que se encuentran más arriba en la cadena alimenticia. Las plantas, gracias a la fotosíntesis, producen compuestos orgánicos a partir de luz solar, dióxido de carbono y agua.
Una vez que el productor es comido, su energía se transfiere hacia arriba en la cadena alimenticia a los consumidores primarios. El consumidor secundario se alimentaría luego del consumidor primario y así consecutivamente. La transferencia de energía en la cada alimenticia se detiene en el nivel trófico más alto, en él se encuentra el superpredador, que no tiene ningún depredador natural.
Redes alimenticias
Una cadena alimentaria visualiza la transferencia de energía de un organismo a otro de forma lineal. Sin embargo, los ecosistemas rara vez son tan simples; los organismos a menudo consumen y son consumidos por más de un organismo. Las redes alimentarias muestran interacciones más complejas entre una amplia gama de organismos de un ecosistema.
La transferencia de energía de un organismo a otro no es totalmente eficiente, una gran proporción de la energía se pierde en el proceso; por lo general, sólo el 10% de la energía se transfiere de un nivel trófico a otro, el 90% restante se utiliza en la actividad metabólica, como la respiración, la digestión y el transporte de sustancias entre las células.
Dado que la energía disminuye con cada nivel trófico, la biomasa (la masa de todos los organismos vivos en un ecosistema) también disminuye con cada nivel de la cadena alimentaria. Esto significa que la masa de los superpredadores de un ecosistema será mucho menor que la masa de los productores del mismo. Debido a la pérdida de energía y a la reducción de la biomasa, las cadenas alimenticias se limitan a un máximo de seis niveles tróficos.
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Un ejemplo de una cadena alimenticia pequeña. Una cadena alimenticia completa incluiría a todas las especies del mundo.